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sábado, 17 de marzo de 2012

Lectura Nº6: La Gestión Supervisoria



Amigos, les damos la bienvenida a nuestra nueva lectura. Luego de 2 semanas de ausencia debido a varios compromisos previamente adquiridos, hoy les escribiré sobre un tema muy extenso y amplio, pero al mismo tiempo vital para una buena administración gerencial: La Gestión Supervisoria.



 Particularmente, resumiría la gestión supervisoria como todos los procesos que debe llevar a cabo un supervisor para cumplir cabalmente con sus funciones. En este apartado, recuerdo que una vez, en un curso de “Introducción a la Supervisión”, nuestro facilitador nos recalcaba que Un Supervisor es llamado así, dado que tiene que tener una súper visión, es decir, ver lo que otras personas no ven, ver más allá, en el horizonte, tener visión de futuro, sentido de globalidad y pensamiento estratégico. Debe ser capaz de adelantarse a las necesidades de su departamento y de su personal, de lo que podrían demandar sus clientes más adelante, de los proveedores que podría necesitar, además de las múltiples actividades que implican llevar la parte administrativa y operativa de su trabajo.

Complementando estos hechos, todo supervisor debe tener la capacidad de dirigir a sus trabajadores hacia el logro de los objetivos. Más allá de usar mecanismos impositivos (que en ocasiones vienen con el cargo), el supervisor debe procurar desenvolverse como un verdadero líder, es decir, hacer que los demás hagan lo que deben hacer porque quieren y se sienten satisfechos, más que por ser una obligación laboral. Bajo esta figura, es función del supervisor formar y coordinar un equipo (no un grupo) de trabajo, distribuyendo las tareas inteligentemente, de acuerdo a las cualidades de cada quien, siempre procurando el bien común.



Por otro lado, no podemos dejar de lado el hecho de que una gestión supervisoria efectiva pasa por el conocimiento técnico de los procesos y actividades de los cuales eres responsable. Si bien ninguno de nosotros puede llegar a un nivel de especialización técnica que permita cubrir todos los ámbitos del conocimiento, debe tenerse una visión general e integral de los mismos. Esto significa, en palabras sencillas, lo siguiente: Si eres constructor, debes saber de obras civiles; si eres dueño de restaurante, debes saber de alimentación y gustos culinarios; si eres informático, debes saber de sistemas, software y hardware. Conoce tu negocio, y se ampliarán tus posibilidades de éxito. Además, recuerda que como supervisor eres una figura modelo y debes dar el ejemplo a tus trabajadores, quienes aspiran un guía que los oriente por el camino del éxito.

En consonancia con lo anterior, es importante no asumir una posición extremista de yo lo sé todo, porque no lo sabes todo. Lo importante es que tu equipo conozca ampliamente el negocio, es decir, que la fuerza radique en el conocimiento y habilidades colectivas, porque recuerda que cada trabajador puede dominar un área específica, pero trabajando en equipo, con empoderamiento y confianza, tu departamento u organización maximizará sus beneficios.

Finalmente, no debemos olvidarnos de las funciones administrativas. Todo supervisor tendrá siempre una carga operativa, abocada meramente a las funciones propiamente técnicas del negocio; y una administrativa, comprendida por toda la gestión de logística, finanzas, seguridad, compras y servicios para su departamento. Esta función es tan importante como la operativa, aunque muchas veces es relegada y algunas organizaciones prefieren separarla en un cargo aparte (por ejemplo un supervisor operativo y otro supervisor administrativo). Particularmente pienso que es sano para todo supervisor (y para su equipo de trabajo) que el mismo domine el manejo de quejas y reclamos, la gestión de contratos de servicios, los procesos para administrar y adquirir los materiales y equipos para su operación, en fin, todo ese cúmulo de actividades administrativas que le permitirán proveerse de los recursos necesarios (tangibles o intangibles) para poder llevar a cabo efectivamente sus operaciones. Cuando la cantidad de procesos y actividades que se manejan es tal que parece imposible llevar toda esa carga, la gerencia debe realizar un proceso reflexivo y revisar, más que separar los cargos, si se está haciendo una administración efectiva de las responsabilidades en el equipo de trabajo, si las personas designadas tienen las competencias para realizarlo y si son suficientes para cubrirlo.

De esta forma, observamos en el supervisor 4 cualidades fundamentales. La primera de ellas es la visión de futuro, la segunda es la capacidad de liderazgo, la tercera el dominio operativo y finalmente la cuarta es la aplicación correcta de las funciones administrativas. La armonía de estos elementos garantizará una gerencia esencial.
Gerencia Esencial

domingo, 4 de marzo de 2012

Lectura Nº5: Educación Para Ser Mejores


Bienvenidos seguidores, amigos y compañeros a nuestra lectura de la semana, donde estaremos compartiendo con ustedes un tema importantísimo para toda sociedad en crecimiento: La Educación. La educación particularmente la concebimos como un proceso de enseñanza – aprendizaje multilateral y social. 

Tradicionalmente  algunos consideran que en este proceso unas personas aprenden y otras enseñan. Sin embargo, desde una perspectiva más moderna y como lo mencionamos al principio, esta es una experiencia multilateral, lo cual quiere decir que tanto la enseñanza como el aprendizaje se da en todos los sentidos. Una maestra que enseña a sus alumnos a leer, al mismo tiempo aprende como desarrollar su empatía, sus capacidades sicológicas y sus habilidades para gerenciar sobre cómo hacer llegar el mensaje a su público. Así mismo, los niños a medida que aprenden el hábito de la lectura, dan demostraciones de las diferencias individuales entre ellos, de cómo varios individuos pueden interpretar de distintas formas un simple cuento infantil, o de que tan atractivo e interesante puede ser o no el mismo.

En este sentido, la educación es el punto de partida para empezar a desarrollar nuestros dotes de inteligencia y raciocinio humano, que nos permitirán desarrollar todo nuestro potencial a lo largo de toda la vida. Podemos clasificarla en tres tipos: La formal, que es la que se imparte en colegios, escuelas, universidades, entre otras academias que se guían bajo un currículo preestablecido; la no formal, que se refiere a la facilitada por los cursos, talleres y algunos planes de formación, los cuales nos permiten enriquecer nuestros conocimientos en algún área específica; y finalmente la informal, comprendida por toda esa enseñanza que nos dejan las experiencias que vivimos desde que nacemos, producto de la interacción social.

Cómo lo indica el título de la lectura, toda la educación que vamos recibiendo debe ser para ser mejores, en todo el sentido de la palabra. Nos hacemos mejores personas porque disponemos de más conocimiento para interpretar desde diferentes ópticas la realidad, porque podemos aplicar dichos conocimientos para cambiarla y mejorarla; y porque podemos ayudar a otros para que también sean mejores personas y juntos desarrollemos una sociedad superior. Es importante denotar que no sólo aprendemos para saber más, sino porque en sí, de una u otra forma (consciente o inconscientemente) deseamos aplicar dichos conocimientos para mejorar algo que interviene en nuestras vidas.

En el aspecto gerencial, la educación juega un papel determinante para desarrollar las cualidades que debe tener un buen líder. El conocimiento formal te brindará las bases y herramientas para facilitar las tareas administrativas, el aprendizaje no formal te ayudará a afinar las técnicas; y finalmente las prácticas informales te permitirán  ganar la experiencia necesaria para manejar las diferentes situaciones que ocurrirán dentro de la organización. En Venezuela, nuestras leyes prevén los valores fundamentales que rigen la educación. Ellos son: El respeto a la vida, el amor y la fraternidad, la convivencia armónica en el marco de la solidaridad, la corresponsabilidad, la cooperación, la tolerancia y la valoración del bien común, la valoración social y ética del trabajo y el respeto a la diversidad propia de los diferentes grupos humanos (Art. 3 de la Ley Orgánica de Educación).

Vivencialmente, puedo asegurarles que someterse a estudios formales les permitirá administrar mejor su negocio, empresa u organización; y les facilitará un cúmulo prácticamente infinito de herramientas que después podrán poner en práctica. Una licenciatura en administración de empresas, administración, gerencia o relaciones industriales; o una ingeniería en sistemas o industrial son sólo algunos buenos ejemplos. Particularmente soy ingeniero de sistemas, y posteriormente hice una maestría en gerencia general, y puedo asegurarles que tanto una como la otra me permitieron prepararme para, primero entrar en pleno desarrollo técnico – profesional, y posteriormente ampliar y mejorar mis aptitudes gerenciales y administrativas. La experiencia universitaria es única, en ella no sólo aprenderás de tus profesores, sino de tus compañeros. En general, es un proceso de aprendizaje para la vida, al interactuar con otros, exponer y debatir opiniones y generar nuevas ideas. Es un proceso rico y renovador.

Posteriormente, es conveniente que consideres perfeccionar dicho conocimiento por medio de talleres, seminarios y cursos, que en conjunto con tu experiencia de vida; te brindarán todas las oportunidades para hacer gala de tus habilidades de gestión. Lo más importante es que lleves tus conocimientos a la acción, pues de lo contrario no te servirán de mucho. Hoy en día existen muchas formas de emprender estas mejoras: redes sociales de profesionales, foros educativos, blogs de conocimiento como este que estás leyendo, academias y cursos en línea, así como presenciales; los cuales te permitirán desarrollarte y crecer como persona. Si no dispones de muchos recursos, siempre podrás hacer uso de una biblioteca local, de grupos de estudio o inclusive de amigos con quienes conversar. Todos son medios para el proceso de enseñanza – aprendizaje que puedes aprovechar, por lo cual no debes tener excusa alguna para finalmente empezarlo, continuarlo y/o sostenerlo.
Gerencia Esencial