Amigos, les damos la bienvenida a nuestra nueva lectura. Luego
de 2 semanas de ausencia debido a varios compromisos previamente adquiridos,
hoy les escribiré sobre un tema muy extenso y amplio, pero al mismo tiempo
vital para una buena administración gerencial: La Gestión Supervisoria.
Particularmente, resumiría la gestión supervisoria como
todos los procesos que debe llevar a cabo un supervisor para cumplir cabalmente
con sus funciones. En este apartado, recuerdo que una vez, en un curso de “Introducción
a la Supervisión”, nuestro facilitador nos recalcaba que Un Supervisor es llamado así, dado que tiene que tener una súper
visión, es decir, ver lo que otras personas no ven, ver más allá, en el
horizonte, tener visión de futuro, sentido de globalidad y pensamiento
estratégico. Debe ser capaz de adelantarse a las necesidades de su departamento
y de su personal, de lo que podrían demandar sus clientes más adelante, de los
proveedores que podría necesitar, además de las múltiples actividades que
implican llevar la parte administrativa y operativa de su trabajo.
Complementando estos hechos, todo supervisor debe tener la
capacidad de dirigir a sus trabajadores hacia el logro de los objetivos. Más
allá de usar mecanismos impositivos (que en ocasiones vienen con el cargo), el
supervisor debe procurar desenvolverse como un verdadero líder, es decir, hacer
que los demás hagan lo que deben hacer porque quieren y se sienten satisfechos,
más que por ser una obligación laboral. Bajo esta figura, es función del
supervisor formar y coordinar un equipo (no un grupo) de trabajo, distribuyendo
las tareas inteligentemente, de acuerdo a las cualidades de cada quien, siempre
procurando el bien común.
Por otro lado, no podemos dejar de lado el hecho de que una
gestión supervisoria efectiva pasa por el conocimiento técnico de los procesos
y actividades de los cuales eres responsable. Si bien ninguno de nosotros puede
llegar a un nivel de especialización técnica que permita cubrir todos los
ámbitos del conocimiento, debe tenerse una visión general e integral de los
mismos. Esto significa, en palabras sencillas, lo siguiente: Si eres
constructor, debes saber de obras civiles; si eres dueño de restaurante, debes
saber de alimentación y gustos culinarios; si eres informático, debes saber de
sistemas, software y hardware. Conoce tu negocio, y se ampliarán tus
posibilidades de éxito. Además, recuerda que como supervisor eres una figura
modelo y debes dar el ejemplo a tus trabajadores, quienes aspiran un guía que
los oriente por el camino del éxito.
En consonancia con lo anterior, es importante no asumir una
posición extremista de yo lo sé todo,
porque no lo sabes todo. Lo
importante es que tu equipo conozca
ampliamente el negocio, es decir, que la fuerza radique en el conocimiento
y habilidades colectivas, porque recuerda que cada trabajador puede dominar un
área específica, pero trabajando en equipo, con empoderamiento y confianza, tu
departamento u organización maximizará sus beneficios.
Finalmente, no debemos olvidarnos de las funciones
administrativas. Todo supervisor tendrá siempre una carga operativa, abocada
meramente a las funciones propiamente técnicas del negocio; y una administrativa,
comprendida por toda la gestión de logística, finanzas, seguridad, compras y servicios
para su departamento. Esta función es tan importante como la operativa, aunque
muchas veces es relegada y algunas organizaciones prefieren separarla en un cargo
aparte (por ejemplo un supervisor operativo y otro supervisor administrativo).
Particularmente pienso que es sano para todo supervisor (y para su equipo de
trabajo) que el mismo domine el manejo de quejas y reclamos, la gestión de
contratos de servicios, los procesos para administrar y adquirir los materiales
y equipos para su operación, en fin, todo ese cúmulo de actividades
administrativas que le permitirán proveerse de los recursos necesarios (tangibles
o intangibles) para poder llevar a cabo efectivamente sus operaciones. Cuando
la cantidad de procesos y actividades que se manejan es tal que parece
imposible llevar toda esa carga, la gerencia debe realizar un proceso reflexivo
y revisar, más que separar los cargos, si se está haciendo una administración
efectiva de las responsabilidades en el equipo de trabajo, si las personas
designadas tienen las competencias para realizarlo y si son suficientes para
cubrirlo.
De esta forma, observamos en el supervisor 4 cualidades
fundamentales. La primera de ellas es la visión de futuro, la segunda es la
capacidad de liderazgo, la tercera el dominio operativo y finalmente la cuarta
es la aplicación correcta de las funciones administrativas. La armonía de estos
elementos garantizará una gerencia
esencial.
Gerencia Esencial