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domingo, 22 de noviembre de 2015

Lectura Nª27: Impulsar Nuevos Retos

Saludos compañeros. En esta oportunidad trataremos el tema de los retos, personales y organizacionales. Cómo es sabido, a lo largo de nuestra vida enfrentamos numerosos retos los cuáles a veces se nos presentan, otras veces se nos imponen y muchas veces nos los auto exigimos. Cada uno de ellos, sin importar el resultado que se haya tenido, fue, es y será un hecho de aprendizaje en nuestra vida (consciente o inconscientemente).

Desde la niñez, retos tan fundamentales como aprender a hablar, caminar, correr, etc., son retos que la naturaleza nos brinda, para desarrollarnos biológicamente como personas sanas. De la misma manera, los valores que nos van inculcando en la familia: Respeto, responsabilidad, solidaridad, puntualidad, entre muchos otros; constituyen retos que nuestros padres nos presentan, para hacer de nosotros personas de bien. Por supuesto, en este mismo orden de ideas, los estudios, en cualquier nivel, representan grandes oportunidades de crecimiento para todos nosotros. Y finalmente: El reto de trabajar para auto sustentarnos y contribuir al desarrollo de una sociedad. Todos, desde sus diferentes aristas, son hitos y eventos en nuestras vidas que nos hacen crecer y desarrollarnos.

Lamentablemente, no siempre estamos preparados para afrontar estas situaciones, y por el contrario en lugar de alegrarnos porque aprenderemos cosas nuevas, algunas personas podrían cohibirse y dar por perdida una batalla que ni siquiera han librado. Es allí cuando entra en juego la palabra "Impulso".

El impulso, al igual que el reto, puede provenir desde varias fuentes, incluso las mismas del reto (externas o internas). Los eventos que nos obligan a afrontar situaciones de cambio en nuestra vida podrían venir acompañadas de una serie de tips, recomendaciones, observaciones o incluso de amenas conversaciones sobre como darle rumbo a esa nueva idea o proyecto. Pero el impulso más importante de todos es el propio, es decir, el que damos nosotros mismos. Debemos estar conscientes que, como situación de cambio, nosotros mismos seremos quienes opondremos la primera resistencia a ello, y por esa razón debemos estar preparados, sobre todo desde el punto de vista sicológico. Algunos aspectos importantes a considerar son:

  1. Visualizar lo Positivo: Las personas tienden a prever mucho lo negativo, lo cuál no deja de ser importante, pero el error consiste en magnificarlo hasta el punto que desplazan todos aquellos aspectos positivos que podría traer la oportunidad que se está presentando. Si concentras tu energía en los elementos positivos que deseas, tendrás una posición más optimista.
  2. Ser Prudente: Si bien debemos ser positivos, también debemos ser cautelosos. Todos somos buenos en algo, y ese don que posees debe ser el que más aproveches para girar todos los elementos que puedas a tu favor, así como identificar aquellos que pudieran perjudicarte.
  3. Ser Comedido: Es decir, no ambicionar resultados irreales, como por ejemplo un rendimiento máximo en el menor plazo posible. Es mejor plantearse hitos o metas trazables en el tiempo, que apunten al objetivo que deseas llegar. Si te propones resultados inalcanzables, la frustración puede hacer que te decepciones y abandones un gran proyecto, sólo por no haber planificado bien tu propio progreso.
Estos son sólo algunos elementos a considerar, hay muchos otros, pero en esencia lo importante es tener una visión optimista y estar convencido de lo que vas a alcanzar. Si logras esto, seguro los demás lo percibirán y así mismo se los transmitirás.


Gerencia Esencial





viernes, 6 de noviembre de 2015

Lectura Nº 26: Cambios Organizacionales, Perspectiva de Quienes lo Proponen

Saludos amigos. El pasado mes estuvimos compartiendo con ustedes sobre el tema de los cambios organizacionales, pero desde la perspectiva de quienes lo recibíamos, es decir, no eramos nosotros quienes habíamos decidido emprender el cambio. Ahora abordaremos este tema desde quienes decidimos emprender un cambio voluntariamente en una organización.

Si somos nosotros las personas encargadas de impulsar un cambio, lo primero que debemos hacer es convencernos a nosotros mismos de que, ciertamente, este cambio es lo mejor para la organización. Esto se debe a que reflejamos lo que sentimos, es decir, nuestras emociones.

Si estamos trabajando sobre algo, bien sea personal, familiar o laboral, debemos creer firmemente en lo que hacemos. Esa fe y fortaleza se transmitirá, como energía, a las personas con las que nos relacionamos. Debemos, como agentes de cambio, estar preparados para manejar una serie de situaciones que se van a presentar, considerando incluso asesoría externa profesional si fuese necesario. A continuación los aspectos más destacados que debemos manejar:

Anuncio del Cambio y su Posterior Expectativa: Una de las cosas que debemos manejar como líderes emprendedores de cambio es la preparación de nuestro equipo de trabajo para los mismos. Hay que evitar al máximo los llamados chismes o rumores de pasillo. Si usted ha decidido emprender un cambio en su organización, debe anunciarlo. Eso evitará innumerables especulaciones y además preparará el ambiente para favorecer el mismo. Encárguese de transmitir la información gradualmente, pero también oportunamente, es decir, no debe esperar que todo este listo para hacer todos los anuncios. A medida que la información va madurando, puedes ir ofreciendo avances de la transformación que se propone, eso si, cuidando de ofrecer información estudiada, discutida y re-confirmada. Si bien es válido ir dando avances de la información, lo que se anuncie debe ser sólido, de lo contrario lo más probable es que su equipo de trabajo lo perciba como falta de seriedad, divagación y, en consecuencia, con desconfianza.

Preparación para el Cambio: Desde asesorías externas hasta el manejo del mismo por un pequeño equipo interno, es imprescindible que un grupo de personas se aboque a elaborar y emprender el plan que permita preparar a quienes van a ser afectados por los cambios. Para ello existen muchas metodologías y mejores prácticas (como el Desarrollo Organizacional - DO -, entre otras), pero lo fundamental está en: 1) Informar resultados periódicamente, 2) Convocar a reuniones y mesas de trabajo presenciales que permitan la interacción directa entre los agentes del cambio y el personal, 3) Garantizar la participación. Este último punto es crucial, ya que contribuye sobremanera a la identificación de cada quien con el objetivo que se persigue.

Aceptación de la Resistencia al Cambio: Por naturaleza, todos los seres humanos tendemos a rechazar el cambio, ya que nos saca de nuestra zona de comodidad, obligándonos a tomar acciones y decisiones que de otra manera tal vez no emprenderíamos. Observar esto será normal, y es una fase del cambio. Lo mejor será dejar que cada quien "viva" su resistencia, la cuál será tan corta o larga como la preparación que se haya tenido para adecuarse al cambio y aprovecharlo como una nueva oportunidad. La resistencia ocurrirá y no lo podemos evitar, sólo minimizar.

Finalmente, es importante dar respuesta, a medida que la información va madurando, de lo que todas las personas involucradas en el cambio desean conocer y que ya abordábamos en la lectura anterior:

  1. ¿Por qué están ocurriendo?: Es necesario explicar la razón por la cuál se están emprendiendo los cambios.
  2. ¿Que objetivo persiguen?: Indicar que resultados esperamos obtener, si logramos la máxima colaboración del equipo de trabajo.
  3. ¿A quienes afecta?: Exponer claramente cuales grupos de trabajo se ven más y menos afectados.
  4. ¿Cómo incide en lo que hago actualmente?: Describir los cambios en los procesos y flujos de trabajo.
  5. ¿Cómo pueden ser aprovechados?: Orientar y preparar al personal para el máximo aprovechamiento del cambio.

Repitiendo la frase de la lectura anterior: "Mira los cambios como oportunidades, prepárate para ellos y permítete evolucionar y desarrollarte".

Gerencia Esencial