Saludos compañeros. Nuevamente expreso ante ustedes hechos
que vemos día a día, pero que las autoridades se empeñan en hacernos creer en una
fantasía. Este es el caso de los ya no tan nuevos “abastos nacionalizados” por
el estado venezolano, el cual propende llevar a cabo una revolución en todos
los ámbitos, pero que en la práctica la concentra, al menos en un buen porcentaje, hacia la
parte ideológica.
Recientemente observé por televisión como se inauguraba un
nuevo local, donde se mostraban las bondades que el mismo generaría para los
ciudadanos, incluyendo una oferta completa de todos los productos de la cesta básica,
a precios regulados y algunos hasta con ofertas. Realmente debo invitar a todos
los que deseen aprovechar dichas bondades a que asistan mañana mismo, porque de
acuerdo a la estadística y a la experiencia propia, en poco más de un mes se
convertirá en un gran galpón de anaqueles vacíos. Este es un gran fallo de
gerencia: Una hiperpromoción de productos seguido de un descuido sostenido en
las políticas de calidad (de abastecimiento, de cadena de suministros y de
servicio) conlleva al fracaso. El local se llena inicialmente, con una
asistencia multitudinaria, pero con el tiempo dispone de menos del 50% de la
oferta con la que arrancó, todo por el afán de hacer ver al gerente que las
cosas marchan bien, y lo peor es que éste sabe que no están bien.
Un buen gerente no sólo dedica esfuerzo a atraer clientes
con su publicidad, sino con su trabajo, porque la clientela cada día se vuelve
más inteligente y exigente; y si se siente timado, tarde o temprano prescindirá
de los servicios de su organización. El decir y el hacer deben concordar y para ello es necesario revisar dos procesos fundamentales de la administración: la dirección y el control.
Gerencia Esencial
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